jueves, 9 de octubre de 2008

Limarla

Por Mariano Massone

Cuando me preguntan “¿cómo escribís?” respondo “la limo”. Es que limarla es una forma particular de expresarse, aunque decir eso como respuesta no parezca muy coherente.

La cosa es así. Cuando tenía 15 años tuve mi primer acercamiento al arte. Antes leí novelas de Stephen King y una serie de libros que se llaman Escalofríos. Pero a los 15 años, cuando empecé teatro, me di cuenta de que había gente en el mundo que se planteaba las mismas estupideces que yo.

Me acuerdo que la profesora era una artaudiana que nos proponía ejercicios raros. Una vez, nos tapó los ojos y nos dio cosas para que tocáramos: un pedazo de felpa, un cardo, un cepillo de acero. Nosotros teníamos que expresar con ruidos la sensación del objeto. Mientras nosotros hacíamos eso, ella leía a Shakespeare y tocaba diversos instrumentos indígenas. Nunca entendí mucho pero me copaba ir a las clases porque nunca sabía con qué me iba a encontrar.

Lo que sí hacía en ese taller era limarla, la limaba mucho, me subía al escenario y decía cualquiera y eso estaba bien. Entonces me divertía, la cosa era fácil.

A la profesora me la encontré el otro día en Once, me contó que estaba dando teatro filosófico para niños o algo así. Nos tomamos un café en La Perla y también me dijo que yo tenía un potencial creativo muy grande pero que necesitaba domesticarlo, como aprender a manejar los flujos. Yo le dije que sí, pero ella no sabía que lo único que hice en su taller fue limarla. Limarla todo el tiempo.

A los 16 años encontré una filmadora vieja en mi casa y todo me parecía interesante para filmarlo. Hacía cámaras ocultas, filmaba a mis viejos tomando mate... Hasta que un día se me ocurrió hacer un corto, entonces llamé a dos amigos míos y les leí Casa Tomada. Les dije que quería hacer ese cuento en corto. Se prendieron. En esa época uno tenía más tiempo para limarla y creo que hasta podía estar limándola todo el día. Hicimos el corto y después cuando lo vimos nos dimos cuenta que no se entendía nada. La habíamos limado todo el tiempo. Teníamos pensado presentarlo a los Torneos Juveniles Bonaerenses pero nos pareció demasiado.

A los 17, la profesora de teatro en su cumpleaños me enseñó qué era un cadáver exquisito. Ese fue mi primer acercamiento a la poesía. En ese momento tenía una banda que se llamaba Psyche y todas las letras de las canciones eran cadáveres exquisitos. Nos separamos porque el baterista era muy careta y quería escribir canciones de amor. Además, no le gustaba que Nacho, mi mejor amigo, y yo la limáramos tanto.

Creo que pasaron un montón de cosas más que hacían que sea un limado, pero yo ni me daba cuenta. Limarla era tan normal como respirar.

Ahora más o menos entiendo de qué hablo cuando hablo de limarla. Antes lo decía porque sí pero ahora es una certeza: “cuando escribo, la limo”.

También me di cuenta de que el estado de limación se puede controlar y graduar según las situaciones. Pero a veces uno está en algún lugar donde tiene que parecer normal (cumpleaños de quince de la prima) y le sale un poco el lime. Aunque en fiestas está bien limarla un poco pero no mucho.

Hasta ahora encuentro en el arte el único ámbito donde me permito limarla con todo. A veces sale mejor o peor lo que hago, pero no tiene que ver con el producto (o sí). Mas bien, tiene que ver con el procedimiento.

Por eso, si la liman, fíjense que sea en el momento y la circunstancia adecuada. Un amigo mío dice que hay gente que tiene la llavecita y gente que no. Yo no creo que sea tan así, creo que todos tenemos la llavecita. La cosa es aprender a abrir y a cerrar la puerta (y otras veces salir por el techo).

7 comentarios:

tres deseos dijo...

Mar! sé vos.
LIMALA en el momento que quieras.
Hace mucho que no te leía!!

SUFRIMIENTOOOOO. ODIOOO!
Saludos.
estambótica.

Freschi dijo...

Propongo la sub-limación, o solo detenerse en lo obvio, hasta fijar qué es (lo obvio, obviamente)
beso, cachorro

Marimé dijo...

Limarla: suena doloroso -los huesos- y estético -las uñas- y funcional -una puerta-. Estimo que ha de ser todo eso y más.Limo, barro muy pegajoso del fondo del río. Da paramucho tu lime. Me gusta. ¿Puedo limar yo también?

Xelia dijo...

limarla, limarla...
entiendo el acto de limar como una forma de mirar y entender "la realidad" (múltiple)
a mi me pasaba que no encontraba un lugar en donde ese lime suene natural... seguramente porque estaba en el contexto equivocado.
Quienes liman, no tienen llave, creo, es una manera de estar instalado. Lo que sí se puede es limitar el acceso.
Me gusta mucho tu lime
Besos

Mariano Massone dijo...

gracias!

Marimé: es que soy neolimoso ja

Estr: Obvio que la limo todo lo que quiero... jeje

Frsch: Ya se viene el ensayo sobre lo obvio.

Xelia: natural? es posible sonar natural? a veces uno siempre suena como una chapa, media oxidada, disonante...

Anónimo dijo...

A limarla que se acaba el mundo!!!
sabes que voy a llevar este texto a mis alumnos del cole, a ver si la liman un poco estos perejiles.

beso!

conedulcorante dijo...

www.milime.blogspot.com

otros que tambien la liman

:D

es hermoso crear

gracias por compartirlo!

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