lunes, 19 de enero de 2009

En memoria de Daniel Capanna (30-11-64/08-01-09)


*El poeta evita cosas

Vino la tristeza y dijo: aquí estoy.
Aquí estoy, dijo, pero no tuvo suerte.
Y el desastre también. También estuvo.
Vino, estuvo, y dijo cosas, pero no le sirvió.
Porque he estado con mi amor haciendo el amor.
Porque he estado con mi justo haciendo justicia.
Porque he estado con mi tiempo haciéndolo.


*Poema

Inesperadamente, llueve.
Inesperadamente, deja de llover,
y los ojos se van se van.

Inesperadamente, cae.
Inesperadamente, deja de caer,
y los ojos se van se van.

Sabe, e inesperadamente,
deja de saber.
Y los ojos se van se van.


Eduardo D’Anna



Satori

Tajima no Kami anhelaba,
mas que nada en el mundo,
alcanzar la iluminación.
Como todos los maestros
se negaron a recibirlo,
partió hacia el monte Futara,
para solicitar las enseñanazas
de sensei Banzo,
último buda viviente.
Al verlo cansado, hambriento ya andrajoso
Banzo lo golpeo con una vieja escoba gritándole:
¡vete de aquí perro sarnoso!
Tajima no Kami, solo, bajo la lluvia
comprendió el sentido de la humildad.
Cuando comunicó a su maestro esta conclusión,
Banzo se limitó a escupirle el rostro,
Tarima comprendió kenshin ken,
la opinión errónea que proviene de datos inciertos.
Cierta vez, Banzo lo empujó desde un alto puente
a las frías y cristalinas aguas del río…
allí, a punto de ahogarse, comprendió Tajima
el sentido último de ikioi, la respiración.
Y cuando Banzo lo arrojó a un profundo precipicio,
entendió tras un mes de coma profundo,
la naturaleza de ku, el vacío.
A la primavera siguió el verano;
a este siguió el otoño
y luego el invierno…
y nuevamente la primavera.
Tajima no Kami crecía en sabiduría,
entendimiento y lesiones invalidantes
Fue una tarde calurosa
observando una flor de cerezo
enredada en los blancos cabellos de Banzo
que en estado extático dijo:
¡he visto al buda en mi camino!
A lo que el viejo sensei contestó distraídamente:
“si ves al buda en tu camino, mátalo…
pues no es el verdadero buda.”
Tajima no Kami tomó el bastón de su maestro
y golpeó a banzo hasta matarlo…
entonces alcanzó el satori.

Daniel Capanna (13-11-07)




ALGO QUE BAILE LA PENA (primeros pasos)


* Dormir (14-01-09)

Cerrar los ojos
descansar
estar en paz
nadar como un pez
en el aire
respirar
en el aire
ser pez
y paz…


* Viaje (12-01-09)

Estás
Estoy
empapada de vos
empapada de tus cosas
de la gran presencia
que deja tu ausencia

Karina Cartaginese

1 comentario:

Marimé dijo...

Gracias, Karina. Genial, iluminado: bailar la pena en el respirar.

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