viernes, 20 de noviembre de 2015
domingo, 8 de noviembre de 2015
Cecilia Carballo
Los monstruos en nuestra habitación
otra vezmueven la cama
hacia un lado y otro del cuarto
tiran nuestros cuadros
no me dejan ver
arrancan mi ropa
me lanzan por el suelo
toman mis piernas
me arrastran
aprietan mi cuello
lucho con ellos,
desespero
me hincho como un pájaro
unas alas se desprenden
de mi espalda
ellos siguen ahí
los miro con astucia
y me escapo por la ventana.
Entraron a mi habitación
tres linyerasdicen llamarse
Federico, Alejandra y Juan
yo no les creo,
para mí que vieron mis libros
y dijeron esos nombres
para convencerme y quedarse
Alejandra vive entre la ropa vieja
agarrada a un libro de Antología Uruguaya
Federico se quedó con todos mis perfumes
y mira mucho mis cuadros de Dalí
Juan vive entre mis apuntes escolares
lee mucho sobre historia argentina
y a Rosa Luxemburgo.
Una vez entró una pelirroja
a la que ellos llaman Marosa
estuvo unos días
me llenó el cuarto de lagartijas y hormigas
la obligué a quedarse en el balcón
con mis cactus y aloe vera,
el otro día la miré
y quise ser ella
dormida entre hojas,
con mariposas en la cabeza.
beber el agua
que queda en la regadera
brotan raíces
llegan hasta el piso
lo invaden de tierra y hojas verdes
rompen la pared
emana una catarata
mi habitación es un mar de sábanas
buscan su curso
nada las detiene
crean grandes olas entre los libros
se deshacen
sus hojas se convierten
en peces, algas y corales
la ropa cae del placard
se transforma
en delfines, lobos marinos y focas
me acostumbro a nadar
entre sábanas
soy pez, cazona, loba.
Escribo por varias razones; una de ellas es para detener mi
incertidumbre, otra acallar el vacío y la última para crear un
mundo imaginario, en que habiten mis lectores y yo.
martes, 8 de septiembre de 2015
Corina Maruzza
Foto: Corina Maruzza |
Haz el caballo
ya no me digas qué se siente
Luis Alberto Spinetta
rectos humanos
entre autos caratulados
sumergen misiles del Fondo
de Catedral a Kurdistán
ríos de plomo en sangre
ni bien madrugo requisa
reptis de un asfalto formoseño que la polis
intercepta a mitad del cartoneo
intercepta a mitad del cartoneo
más te vale blanco y derecho
que saltar a lo wichí
mal de mares
llenos de muertos
de ambición de estar vivos
acuchillados del hambre
de inquietud migratoria
ni conseguir lo más mínimo
presume un número
(hay para las banderas
para las avalanchas
para los enfierrados)
para las avalanchas
para los enfierrados)
fondos paracaídas
ambigua presupuestancia
humanos
¡identifíquense!
carrera de embolsados
led en la estación:
corazones wifi
un cielo alumbrado
antifaseado
menos pis por arbolito
a la vista de
¡rectos, humanos!
pique blandido entre la vía de los trenes
crucis oblongas de las secretarías
sentadita en trencito
fila india de púberes
alta paliza
ibas a estar bueno
pero es que estás tan buena
te voy a llenar de
papelitos las conejitas
de talleres de bolitas
te voy a lavar los tachos
para que puedas dormir caliente
y voy alfombrar la mugre
a enveredarte las ruedas
te voy a prensar la lengua
lo que tengas
o no tengas
derechos esos caños
retorcida la médula
óxido piel cartón plástico
anda
vértebra
tira del carro
¡jalona
corcovea!
corcovea!
Fundamentalista del presente
te ayuda a subir con un brazo y dos piernas
la impiadosa curva de esa pendiente
pie piedra
la impiadosa curva de esa pendiente
pie piedra
pies fuelle
eje fuerza vértebra piel
centro por encima
aerostático
imantado
imantado
afectado
modestia
el piso se dibuja de peces
mareas nos organizan en anfibia reversa
pletóricas
orgánicas
plexo soláricas
que se curvan e intensan las teclas que invertebran para nadie
que se curvan e intensan las teclas que invertebran para nadie
el trote que atraviesa y las baila hasta el desliz
sin que aparezca silueta
fácil
el techo se tormenta
se tuerce en una cueva que lo aleja entre isquión y ceja
paladar cascabel
diente que tintinea
sinuosidad de los hombros
medio loto
palmera
pubis que se aleja por encima del cráneo
voz que desliza en el crecimiento de un pelo la cien
remotos del coxis y los trocánteres que trocan
el piso por un cuerpo
sobre el que gira o giro o rola
sobre el que gira o giro o rola
un brazo
dos piernas
y se apiada esa curva pendiente por la que sube
mariposa rodilla
y se apiada esa curva pendiente por la que sube
mariposa rodilla
libro cadera
plaga de ojos
que mira
y gatea
Autorretrato
un gesto tendido en surco
un detalle la apertura del beso
que el tentempié
invoca
línea insular
también resultado
de algún reniegue
acuático
una ínfula
pendientes
caravanas
ondulando hacia las escápulas
versiones de lo anguloso
alrededor: plantas
tréboles nacidos y unos gajos
trémulas ofrendas de las reproducciones
por trasplante
por obsequio
rescatada la intemperie de la espada
su filo inofensivo
indefenso
bandada
que mira el cielo
lanzada en círculo
a pique vertical
otra zambullida
los ojos que ven el salto de regreso
en caída
paréntesis sobre la marcha
vías aéreas
nocturnas
que son ciudades
que son marinas
del sur
párpados
gotas
¿Por qué escribo? Las plantas hacen silencio. Creo que en cada momento las razones varían. Ahora lo hago motivada
por el movimiento. Con alegría recuerdo la sorpresa que me dio
descubrir cuánta importancia daba Perec a las manos cuando leía. En
seguida, eso tuvo para mí muchísimo sentido. En mi caso, cuando
escribo están comprometidos los pies, como cuando leo o bailo. Los
ojos, los pies, las manos. Pero también todo el cuerpo. No sólo mi
cuerpo. No sólo cuerpos humanos. Tal vez no sea a mí a quien haya
que preguntarle por qué escribo.
Foto: Fernando López |
Corina Maruzza
Nací en 1979. Soy guardavidas.
Mi casa es en Banfield, donde trabajo como psicóloga. Me recibí en
la U.B.A. Cursé el Doctorado en Salud Mental Comunitaria en la
U.N.La.
Sería de Flores, donde también trabajo, si fuese de la capital. Acá
hice la residencia, coordiné el taller literario de la sala de
internación de salud mental del hospital Álvarez y publiqué dos
números de la revista Teodoro.
Obtuve un premio y algunas menciones en las XIV, XV y XVI Jornadas
Metropolitanas de Residentes de Salud Mental, por la presentación de
relatos de casos clínicos y de la experiencia en un taller de juegos
con niñ*s que recibían diagnóstico de autismo y asperger. Dos de
esos trabajos fueron publicados en la revista Clepios, y en la página
web del hospital Álvarez. Me formé en Atención Primaria de la
Salud en Maimará.
Junto con Irina Tozzola llevamos a cabo el proyecto de poesía
ilustrada Cinco Setas.
Hace algunos años empecé a repensarme y estudiar sobre disidencia
sexual. Ya trabajaba en cuestiones relacionadas con la violencia del
género. Sigo en eso.
Tuve la suerte de: 1) tipear colectivamente La sublevación de Bifo y
participar de la costura (encuadernado) de Informe de Reynaldo
Jiménez, ambos publicados por la editorial hehkt, y 2) leer en la
mítica cabina del Cheescake (hoy desmantelada) en la Ronda de
Poetas, en Montevideo.
lunes, 3 de agosto de 2015
Maria Soledad Soto
Border
brota
la mata
bruta
crece
súbito verde
de
las fisuras del cemento
irrisorio
yuyo
allí
está
ínfula
chiquita
selvática
conejo
de galera
desconocemos
los pases mágicos
de
semejante osadía
venir
a nacer
lo
que no era preciso
allí
asoma
bella
y renegada
espíritu
que arborece
burlando
el manual
arremete
impúdica
abismal
una
fisura
y
su húmedo verdor
donde
hay muros
la
mata escribe
siempre al borde
*
un
cuerpo no-cuerpo
momia
olvidado
en los placares
durmiendo
el sueño
de
lo contínuo
de
pronto arroja
su
primer sutil movimiento
como
un hondo bostezo
vuelve
de la inmovilidad
del
letargo
de
telarañas que amortajan
un
cuerpo
un
animal
perteneciente
a los sin especie
se
acerca
ondulante
sus
pasos hacen eco
se
oyen sus latidos
pienso
mi
primer pensamiento: “un corazón late!”
y
no tengo miedo
de
este encuentro sobrenatural
entre
un vivo y un muerto
la
bestia hembra
lame
mi cara
como
si fuera su cría
y
me inscribe en el mundo
pero
alto!
no
es dulce nacimiento
ni
raso deslizamiento
sino
un quiebre
violento
despertar
un
golpe desde lo profundo
al
que ahora le doy el primer sorbo
que
calienta mis músculos
y
la sangre
corre,
me recorre
y
así me levanto
con
un grito de gracia
que
me lanza como flecha
a
lo vivo y desconocido
de
la humanidad
*
“De
incendios se hace la estirpe”.
Emiliano
Bustos
Buceá
en el fondo
del
hondo fuego
fogonealo
o
en los bordes fueguinos
arribita
nomás
-ahí-
brutamente
desborda
sabroso
flameante
lo
que abajito
no
se encuentra
la
urgencia de un fuego
prende
y arde
el
fru fru de la llama
arrastra
momias melancólicas
mamotretos
mamárranchos
la
profundidad de la profusa
llama
quilombera
pellizca
muerde
antimuerte
quema
telarañas
buscá
en las superficies hondas
las
capas perdidas –caídas-
levantalas
en alto
ofrecelas
a la llama definitiva
bruta
puta
brillante
enfuegate
enfiestate
en
el fuego villero
“lo
único cierto es la llama”
abrillanta
hasta las trincheras
los
placarcitos
los
patios traseros
los
muros
la
mugre
debajo
de la alfombra
y
todo lo
recónditamente
agazapado
es
iluminado
y
ahí un buen sorbo
luminiscencia
devenir
llama
no
es trago dulce
arde
pica
la
verdad
¿Por qué escribo? Escribir hoy para mí es un descubrimiento, algo liberador. Van saliendo las primeras imágenes y palabras, de algún lugar un poco desconocido, y van transformándose en una oración, un poema. Y eso me da alegría, me libera. Creo que escribir es eso, un pequeño y poderoso acto de libertad.
martes, 7 de abril de 2015
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au ..... sente ............... siente .......................... sentado balido y deserción interjección de dolor au menta tus alvéolos .......
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