Border
brota
la mata
bruta
crece
súbito verde
de
las fisuras del cemento
irrisorio
yuyo
allí
está
ínfula
chiquita
selvática
conejo
de galera
desconocemos
los pases mágicos
de
semejante osadía
venir
a nacer
lo
que no era preciso
allí
asoma
bella
y renegada
espíritu
que arborece
burlando
el manual
arremete
impúdica
abismal
una
fisura
y
su húmedo verdor
donde
hay muros
la
mata escribe
siempre al borde
*
un
cuerpo no-cuerpo
momia
olvidado
en los placares
durmiendo
el sueño
de
lo contínuo
de
pronto arroja
su
primer sutil movimiento
como
un hondo bostezo
vuelve
de la inmovilidad
del
letargo
de
telarañas que amortajan
un
cuerpo
un
animal
perteneciente
a los sin especie
se
acerca
ondulante
sus
pasos hacen eco
se
oyen sus latidos
pienso
mi
primer pensamiento: “un corazón late!”
y
no tengo miedo
de
este encuentro sobrenatural
entre
un vivo y un muerto
la
bestia hembra
lame
mi cara
como
si fuera su cría
y
me inscribe en el mundo
pero
alto!
no
es dulce nacimiento
ni
raso deslizamiento
sino
un quiebre
violento
despertar
un
golpe desde lo profundo
al
que ahora le doy el primer sorbo
que
calienta mis músculos
y
la sangre
corre,
me recorre
y
así me levanto
con
un grito de gracia
que
me lanza como flecha
a
lo vivo y desconocido
de
la humanidad
*
“De
incendios se hace la estirpe”.
Emiliano
Bustos
Buceá
en el fondo
del
hondo fuego
fogonealo
o
en los bordes fueguinos
arribita
nomás
-ahí-
brutamente
desborda
sabroso
flameante
lo
que abajito
no
se encuentra
la
urgencia de un fuego
prende
y arde
el
fru fru de la llama
arrastra
momias melancólicas
mamotretos
mamárranchos
la
profundidad de la profusa
llama
quilombera
pellizca
muerde
antimuerte
quema
telarañas
buscá
en las superficies hondas
las
capas perdidas –caídas-
levantalas
en alto
ofrecelas
a la llama definitiva
bruta
puta
brillante
enfuegate
enfiestate
en
el fuego villero
“lo
único cierto es la llama”
abrillanta
hasta las trincheras
los
placarcitos
los
patios traseros
los
muros
la
mugre
debajo
de la alfombra
y
todo lo
recónditamente
agazapado
es
iluminado
y
ahí un buen sorbo
luminiscencia
devenir
llama
no
es trago dulce
arde
pica
la
verdad
Soy Soledad Soto, nací en Lomas de Zamora. Me gusta el espíritu y la tranquilidad de mi barrio, de casas viejas, árboles altos. Estudié psicología y me apasiona el psicoanálisis. Me gusta dar clases, estudiar, la música, el canto.
¿Por qué escribo? Escribir hoy para mí es un descubrimiento, algo liberador. Van saliendo las primeras imágenes y palabras, de algún lugar un poco desconocido, y van transformándose en una oración, un poema. Y eso me da alegría, me libera. Creo que escribir es eso, un pequeño y poderoso acto de libertad.
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