Estocolmo
Portugal corre como un meridiano
lejos, las calles de Estocolmo
metros y metros de agua
ahogo en golfo de Vizcaya
lo abarca un braceo pausado.
Para establecer un núcleo,
quebrar los sentidos prefabricados
deshacerlos,
verter el polvo en el aire o aspirar,
da lo mismo.
La luz gente, la luz
metros y metros de agua
la bus qué?
no la bus qué más da,
la búsqueda
las calles de Estocolmo.
.
.
La perra Julia al sol
La franja de un continente
un motociclista elfo
huyendo a toda velocidad
una abertura insinuante
fractura de sed
que teje y mata
estos rastros desunidos
también los abandonaba
qué cimiento remueve
su paz, si ya están
tercos y se antojan
monstruosos en mis andanzas
este perro me salvó la vida
(no mi psiquiatra)
gracias, corazón
agua de la margen frígida
gracias por irte despacio
ahora sí, la tranquilidad
pasiva y descalza
no me arrastra a nada.
La liberación Julia
sabés, a vos te da el sol
no es puntilloso
no es austero
es tu lomo recalcitrándose al sol
lloviendo sueños que desandan
aterciopelan y braman, Julia
animalito descansador
comedores de cobre
en los palacios infernales
el Hades, tu sol y
la mar en coche.
Una teoría de la poesía:
si no se siente
no lo creo
si no se cree
por algo será
entonces
adelante con las canciones
que anden y se compliquen
como cuarenta lagunas turbias
como vuelos dejados.
A ver, a lo de antes
a lo de escarbar Julia
a lo de deshacerse en la mierda
no de la mierda
eso sería cobardía
y vos sos un animal
y yo soy un hombre
que disfruta del sol
y de las mancha de café con leche.
Un triángulo verde anquilosado
montaraz, diurno de herrumbre turbia
fijate
capaz cambiás de rumbo, mañana
y saltás en el parque sin pedir perdón.
.
.
Sicilia
La última casa de los incautos
es la melancolía,
se matan de risa cuando no dicen nada
se matan de risa cuando dicen todo,
no conocen la diferencia
entre un pantalón de gimnasia
y una telaraña.
Juan Previgliano
Por qué escribo
Escribo para mi tía Cecilia que me deja llorar cuando se me canta, para el viejo Taz que siempre tiene una palabra de apoyo y para el gruñón de Jorge. Mi célula de resistencia personal.
Escribir no me sirvió de nada, sí leer. Por ejemplo, aprendí que Asís y que Fogwill son escritores de segunda línea, que Urondo es lo mejor que tenemos. Yo andaré por la línea 130 o 152.
La llave del candado de la tranquera no existe, hay que saltarla. Eso sí dejando el auto, yendo a pie. Del otro lado, en el páramo, no sabemos qué nos espera. No tiene que ser algo solemne y farolero, puede ser simple, pero hay que ir solo y caminando.
2 comentarios:
Muy lindos todos, pero el de la perra Julia me encantó!!!
Sicilia. Perra Julia
Hum
Me gustó, gracias
eugenio
Publicar un comentario