martes, 17 de octubre de 2023

Taller Gratuito con inscripción previa- Hay tiempo hasta el 18 de Octubre de 2023



 Un espacio para empezar a mostrar y repensar el trabajo en función de una primera socialización cuidada, con personas que escriben con pasión y constancia

En este link, la inscripción https://portalinscripciones.scp.buenosaires.gob.ar/#/actividad/14377

lunes, 19 de diciembre de 2022

Cecilia Carballo 2022

 


Imágenes Claudio Caamaño




 Hay cerrojos

que mudan de tiempo

de casa

como un ritual.



Llega

desde lo interno

lo dilacerado.



Sin ansiolítico

soga de un día

olvidado.



Las tardes fértiles

partieron



Habrá que sacar la piel sobrante

carne entre carne

para sentir la luz.




El momento de la fé

es ahora

partimos el pan

como el último reflejo

de sed

distantes de la luz

de antaño

perdidos en un tiempo

monocorde

lloramos a unas bestias

omnipresente

el fuego del destino

nos atraviesa

con nombres sin cuerpo.





A Roberta Iannamico



El fuego en mí

lo acalla el baldío

esa hoguera que arde

y me deja descalza.



El verde está cada vez

más alto

en un abandono perpetuo

donde crecen dicen

las malas hierbas

la ruda, la ortiga

el diente de león,

con pompones amarillos

que desean atravesar

la tranquera

un diente que lleva

la amargura

y lo salvaje de un león

ese espacio vacío

se llenó

de selva rancia

que cura la savia

de la sangre

de mi sangre

un yuyo que auspicia

de lámpara.



A Reinaldo Jimenez



Desnudo

paisaje

tibio.



Alondra

abyecta

abedules

comida.



Cocorroco

roca

locura.



Ruda

chatura

vientre de gas

almidonado.



Al costado, al costado

zozobra

libamen

mentira.



Lobista

mentalista

antojo

y despojo.



Indómito, indómito

reflejo de patas

sucias.




Muto de piel

donde nadie lo imagina

me las arreglo

entre latas de barro

si mendiga,

firme

con colores ocre

salgo de los escombros

aún con el peso

de los días.


Soy yo o es otra

quien me ve

con la espalda encorvada

y aleteos fuertes

para frenar las tormentas

decidida a seguir

aún con el estruendo

de la cigarra en mi boca

estar, permanecer

con materia espesa

no doy vueltas

allí donde no hay aire

allí donde no hay piso

con densidad en las manos

y la maleza en los pies

abro ventanas.







Escribir es despertar una voz interior que no calla. Cuando escribo vibran mis íntimas fibras y terminar un poema es una sensación orgásmica, vital.

Escribir es expandir mi yo, estirar mis brazos a árboles, montañas, casas, animales, amaneceres, guerras, abusos. En un sentido es comprender más el mundo y mi mundo propio.

Escribo casi como desde siempre con mayor y menor regularidad, cuando di cuenta que con ello podía detener por un rato la incertidumbre se volvió una rutina diaria voraz y constructiva. 



 

Nací un 25 de febrero en CABA pero viví mi infancia entre Ituzaingó y Río Grande (Tierra del Fuego) por eso me siento patagónica. Estudié Ciencias de la Comunicación en la UBA y me especialicé en Tecnologías y Educación (Infod). Actualmente doy clases en un instituto de formación docente y en una universidad.

Publiqué tres libros de poesías: Hay tierra bajo mis pies (El ojo del mármol, 2017), El vibrar del fuego (Alción, 2019) y El único color que vemos (Maravilla, 2021)

En el 2021 participé en La Campaña Nacional de Lectura de México con el libro infantil inédito Las casas de los vecinos y los imaginarios.

Asisto al taller de Rom Freschi desde el 2015.

viernes, 14 de octubre de 2022

Mauricio Caballero

 

Imagen: Sabina Scarponi



      Mapacho Macho: mausoleo grávido

"borronear los gestos machos hasta ser la pura agitación de estas polleras invisibles", 

Juan Salzano, Ameba Maga.



Mano diestra serrucho

noble sur: rodeado de intersticios

vapor la razón de la perla

para un montón, carísimo.

Espasmo saxofón

tenor de giros weirds

solo o asustado, frente a frente

se mueve moribundo cerco osario.

Follaje paisano tropezando

cabeceo elástico: permeable

sónico catre estrábico

mancho rojo

rancho

puerto

neobarroso.

Gélido: cuerpo ganador

quemando lento en brasas

que no abrazan

cenizan

caricias secas

nuez rizos velos: karaí guazú

contracción azul coronel.

Estado evolutivo: se desconoce

borrador de recuerdos estroboscópicos

misa de cascotes y puños puntapié

abrazo de mono bronco

torpe leñador.

El ruido perturba fácil lo que se vio y llevó.

Lo que queda: márgenes de lodo cuero

tegumento testaferro de sol

corrida de toros enfadados

quijada de boxeador.

Mercurio influencia tonos de oro:

el valor de la amistad

carcajada

protección propulsión prosperidad

vale verde escondido vino

sutil humor que acompasa ronco

para conciliar silencios yerros

y acompañar compañero

el lenguaje que enseña

la cruda economía del egO.  





Reina Mamau: cuerpa caramelo

"Despojémonos de todo aquello

seguro

que se proyecta al exterior",

Susana Thénon, Juego, de Edad sin tregua



Fina capa: grácil hebra

asoma escondida entre sueños

hábitat acuosa brotante

manos flacas: uña multicolor

caricia quieta pesquisa

iris pupila titila: roza abismo

cuclillas pis caramelo

travestida pontificia oscuridad

mansa raza indeleble

indestructible

se cuela por la medium

al cuidado de la mañana calma

lejana propiedad espacial

cuerpa helada: che cuñá

futurama llavea desnuda

terca luminaria ametralla coronas

sabina cuenta salidas

espejada humanitas

feral parca

señal

cuna

cuña

no te confíes.

Todas las voces: manta ralla

baila redonda suculenta

jugosas piernas

sexa fem narcisa

cultura pachamaca

no pares la cruzada sorora

cuerpa desnuda

avanza

sabor rosa picante

talla corteza fina

emponchada hilandera amasa

pasta curvilínea

reina mamau: Muzunga mau mau

sabor a caracola

sal y almendras

quien no te abandona

te abona

ruega entrar en los confines más húmedos

de la cuerpa desnuda.





 


a Jonathan Philbin Bowman

Percha de besos1

“Goes whizzing off through the infinite”

Noel Coward, I'm Here For A Short Visit Only


La tribu rezonga sus mucosidades

el espíritu vacío está sin su voz

todo lo que queremos es oírte Lord

todos los que te amamos

los que estamos cerca, de estar

desnudos en avenida de mayo, despiertos listos para vestir, transvestidos

aterxiopelados, en gabinetes superfluos con caminantes descalzos, los neones 

de paraísos abiertos, los corazones trepando cumbres nevadas, adonde 

llevan tus cabellos frescos, tus estómagos quietos, latientes de argumentos 

del todo, argumentos del never ending y toda esa variedad de piezas simples 

sin baterías, sin el más mínimo sentido de engaño, amo tus mapas y tus fiords,

y los humanos estamos bien o no estamos bien, los corazones abiertos 

cosechan fuera de los costos, y estudio tus alrededores, y tus alrededores ya no 

quieren competir, ni decompetir, no quieren ilusiones 

los ciegos borrachos y los borrachos ciegos


¿Y yo que les puedo enseñar?

¿a usar el tenedor?


Nota: 1se recomienda maridar este poema con una lectura en voz alta y 

pausada mientras suena de fondo el principio de la composición de 

Roger Doyle: “Coat-Hanger Kisses” del álbum Time Machine.











Mauricio Caballero, es formoseño de nacimiento y un poco porteño por adopción o elección.
Es médico pediatra e investigador del CONICET.
Mauricio escribe poesía regularme desde hace algo más de 6 años. Actualmente está preparando su primera publicación de poemas.
Participa del taller Hacer poesía con Rom Freschi desde febrero del 2022.


¿Por qué escribís poesía?


Escribo poesía porque me interpela, transita, transforma.

Escribo poesía porque sincretiza, sintetiza y sinestesia la vida.

Escribo poesía porque es una forma de comunicación originaria, primigenia, primitiva, dinámica, ambigua, multiforme.

Escribo poesía porque es cómo la vida hace contacto conmigo, es el lenguaje de mi existencia, tan simple, tan brotante, tan libre, tan divina, tan vacío, tan superficial abismo, tan tan tan...

Escribo poesía porque me armoniza, ordena, Genera poiesiS con po u ho de horroriza. Escribo poesía para hablar, lengua a lengua, con alienígenas, brujas, magos, infancias y locxs.

Escribo poesía porque podría escribir "algo con sentido" aun estando fuera de mi.

Escribo poesía porque es un espacio de encuentros y búsquedas.

Escribo poesía porque tiene propiedades psicomágicas constatadas.

Escribo poesía porque es una forma de pensar.

Escribo poesía porque escribo con mis vecinos los gallos entre la fisura y el escarbadientes.

Escribo poesía porque es un hilo metaconsciente.

Escribo poesía porque podría no escribir poesía.


viernes, 5 de agosto de 2022

Nicolás Marina

 



Hombre al Suelo.


Cargo abrigo, mochila, llaves, astrolabio
salgo, gente entre la gente, bosque de espaldas
caminantes apurantes esquivantes
videojuego sin gracia ni emoción
uno en cambio deambulante distrayente chocante
náufrago en el baile, bulbo raquídeo orquídeo
¿qué hago con las manos? ¿qué hago con lo todo?
Yenny Librería Llame Ya Jimmy Jazz
farmacia, puertas automáticas, musiquita de Suspiria
donde estaba el Cine Lyon hoy venden zapatillas
brillo y bullicio en el umbral del santuario barrial
para el vecino que no sabe en qué gastar su pobreza
velas, cajitas, consoladores, ceniceros
y el tractorcito rojo que silbó y bufó
había un bar ahí, lindo bar viejo y feo
algo importante pasó ahí y ahora no recuerdo
una familia entera anidó en el cajero 
y a esa tragedia ya la hicimos paisaje
esquinas que desbordan fantasmas apilados
acá nos dimos un beso, acá nos separamos
acá conocí el rechazo, acá vi morir un día
crepúsculo azafranado de Singapur asalta el iris
Mercado del Progreso y todo sigue igual
Chacinados Chechela Ch-Ch-Changes
tendré alguna vez que cambiar las cortinas
hoy las vidrieras devuelven confusión
pececitos encuadrados se apajaran
podría yo también cambiarme a algo con alas
pero hay que pagar cuentas, como bien dicen
hebras de probabilidad tironean y acorralan
vienen de allá y de allá y (aquí hay dragones)
podría atrincherarme en el ombligo del cerebro
donde todo es más diáfano, aunque igual chirría
y siempre vuelvo atrás, a ese momento
solar fuerza de gravedad del tiempo
nene en el viento, bicicleta impetuosa
baldosa que asoma, cordón, hombre al suelO. 




La tragedia del guionista.


Tengo este arraigado hábito
que a veces me consuela
y a veces me atormenta 
de usar a las palabras 
para crear otros mundos.

Lo hago con la oculta intención 
de lograr que en alguno de ellos
mis huesos rimen con la luz
y el aire desprenda ese olor
a hogar que tanto busco.

A todos esos mundos imaginados
a los idílicos absurdos ominosos
puedo venderlos a buen precio
o malvender si la necesidad apremia
es decir casi siempre.

Cada uno viene con sus personajes
bien perfilados, bien verosímiles 
casi personas.
Más confiables que el autor, 
incluso.

Ellos, allá, en sus reductos ficticios
todavía no alcanzaron
el punto de no retorno de la desilusión.
Son más bellos, más completos
que su creador inconcluso.

A cada uno le presté 
dedicación de orfebre.
Amores y aventuras que soñé para mí
ahora los viven ellos. 
(Cómo no envidiar a nuestras criaturas)

Cada pequeña realidad imaginada
es una hebra de probabilidad
que ansía realizarse,
tan real como el viento. 
Y al otro extremo de cada una
un remolino moebius tironea
con la fuerza de gravedad
de mil agujeros negros
aunque de este lado
muy rara vez la idea
encuentre su camino. 
Y no sé si al escribirla 
la mato o le doy vuelo.

Sea como sea no se puede ser 
turista de la escritura. 
No es posible sentarse a escribir
sin salir mal parado.
No existen guionistas felices
siempre el horror nos acecha.

A cambio somos más libres
que la mayoría del resto.
Si todo siempre se puede imaginar
todo es todavía siempre posible
y cada cosa en algún momento 
se vuelve su contrario.

Sueño sueños tangibles
audibles visibles fractales
y adentro de esos sueños
otros sueños se sueñan. 
Qué absurdo ser uno mismo
pudiendo ser cualquiera. 

Solamente en una cosa 
supero a mis creaciones: 
ya sé lo que les espera.
Albergo en mí sus destinos. 
Aunque tal vez yo mismo habite 
alguno de aquellos mundos 
imaginado tiempo atrás
y todo esto lo escribí
para poder vivirlo
y sólo pude escribirlo
porque ya lo había vivido. 

O será que sólo es real
este instante de escritura
no habrá pasado no hubo futuro
y si dejo de escribir ya no existo. 
FIN





Yo no miro. 

Yo no miro al piquetero 
porque llego tarde
 a cerrar el trámite ése 
que me complica la existencia.

Yo no miro al cartonero 
porque se me rompió el calefón 
y además tengo que lidiar 
con los del consorcio 
para que vengan a arreglar 
la mancha de humedad. 

Yo no miro al vendedor ambulante
porque con el excedente 
de la ganancia de mi empleador
(es decir mi sueldo)
elijo comprarme las nuevas
Nike supersónicas carísimas
ya que estoy en todo mi derecho.

Yo no miro al desempleado 
porque me preocupa 
cuánto va a rendirme 
el plazo fijo este mes.

Yo no miro al del delivery 
porque miro en mi celular 
si la chica que me gusta 
megusteó mi posteo
en Instagram.

Yo no miro al comerciante
porque él tiene algo
y yo nada
entonces mi urgencia 
es más urgente. 

Yo no miro a los que sufren
otras cosas que no sufro yo
porque sólo estoy dispuesto 
a sufrir mi parte nada más.
Entonces sufro solo.
Sufro sin remedio. 




                                                            Fábrica de colibríes.

Cada jornada produce 
algo más de un millar 
de fulgores alados
programados para zumbar 
cadencias hipnóticas 
en oídos de usuarios
y al son de salmodia liban 
en cavidades concéntricas caracólicas
laberinto cerbero al cerebro,
la cera de oreja les sirve de néctar.
Infelices picaflores filarmónicos
con tan pésimo gusto.





Nicolás Marina nació en 1972 en Buenos Aires. Tras desempeñarse durante más de 10 años como guía de turismo se dedicó a la escritura. Desde 2004 se desempeña como guionista para distintos medios radiales y audiovisuales de Argentina y Latinoamérica, habiendo escrito desde documentales para Canal Encuentro hasta ficciones como El Marginal. En 2014 empezó a incursionar en teatro, formándose con Mauricio Kartún, Ariel Barchilón y en la Diplomatura de Dramaturgia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En 2022 ganó el Concurso Nacional de Obras de Teatro con su obra La Adaptación.




¿Por qué escribís poesía?

La respuesta tiene relación con la imagen que elegí para acompañar estos poemas. Es un cuadro de Klimt de un lago en Austria. No importa: por lo que se ve, podría ser Amsterdam, Curitiba o una calle inundada de Adrogué. Lo que importa es el recorte de espacio y tiempo, la luz y la atmósfera capturadas en ese instante subjetivo. Ése es un lugar en el que me gustaría estar, aunque no exista. 

Y escribir, para mí, tiene que ver un poco eso: con tratar de alcanzar lugares en los que quisiera estar. Pero como esos lugares son en su mayoría inexistentes o inaccesibles, mientras no llego a ellos intento construirlos en el hacer.

La poesía tiene la capacidad de hacer brotar lugares en donde antes había espacios vacíos.

La ficción tiene un cariz más colonizador: pretende instalar un relato en la mente del lector.

La poesía, en cambio, es una invitación a participar en el diseño de espacios alternativos en transformación permanente. 

Resumiendo: escribo poesía para poder construir en el hacer el lugar en el que quiero estar y compartirlo con los demás.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Teresita Mabel Saint Esteben de Faramiñán






Ilusión viajera

El atardecer llega puntual

para gastarse en chisporroteos

como final de fiesta lo que queda de luz

sin que importe el después

la oscuridad de la noche incierta aun con luna

el túnel interminable por el que avanzamos

apenas tambaleando

desde que el virus hizo sonar la alarma

despertó nuestro ser vulnerable

y la vida se volvió extraña como una enferma

que transita por pasillos ignorados

en un presente tembloroso de sismos

es otro el atardecer

cuando la góndola que me lleva

va ondeando

el gondolero no canta

toda Venecia me canta

el libro de geografía se bautiza en los canales

el mapa tiene gusto a sal

corre a prenderse de mi sombrero

la ilusión viajera de mi madre

Aznavour entona nuestra profunda emoción

Shakespeare vuelve por una intriga más

ahí me quedo como la mariposa presa de la luz .





Alfarero

Aquella materia

la primera, la bíblica

busca en tus manos gestar

como a un pequeño útero

la tocas

y no sin jadeo

le arrancas

una criatura redondeada y frágil.






Despertar

La piedra da a luz al fuego amanece

la nube se detiene a bruñir el sol

el bebé ríe nace el mundo

despega el brote como un cohete

en el surco augura la gaviota

el advenimiento del pan

flor desterrada, la mariposa, busca su destino

los girasoles siembran el campo de ojos

como la víbora pierdo el traje de la tristeza.







 Por qué escribo

   Como Antonio Machado “amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón”. Escribir significa para mí la ilusión de aprehenderlos.


Teresita Esteben nació en DOLORES en 1956, donde reside.

Es Profesora para la Enseñanza Primaria y Profesora en Castellano y Literatura. Ejerció la docencia en los niveles primario, secundario y superior durante 33 años, hasta noviembre de 2011.

Escribe poesía y más recientemente, narrativa. Ha participado en Encuentros Poéticos en distintas ciudades de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza y de Uruguay.

Ha participado como Jurado en Concursos literarios de Chascomús y Dolores. Integra la SADE filial local. En mayo 2013, presentó su poemario Sentires

 

miércoles, 28 de octubre de 2020

Taller Gratuito con inscripción previa- Hay tiempo hasta el 18 de Octubre de 2023

 Un espacio para empezar a mostrar y repensar el trabajo en función de una primera socialización cuidada, con personas que escriben con pasi...